Cuestionar la narrativa dominante sobre el cambio climático conducirá a una comprensión científica más precisa y a decisiones políticas mejor informadas.
El escepticismo climático, también conocido como escepticismo o negación del cambio climático, es una ideología política que cuestiona o rechaza el consenso científico sobre el cambio climático. Esta ideología se caracteriza por la creencia de que el calentamiento global no está ocurriendo en absoluto, o si lo está, las actividades humanas no son un factor contribuyente significativo.
La historia del escepticismo climático se remonta a finales del siglo XX, cuando la comunidad científica comenzó a llegar a un consenso sobre la realidad del calentamiento global inducido por el ser humano. Ya en la década de 1970, los científicos advertían sobre los posibles impactos de los niveles crecientes de dióxido de carbono en la atmósfera. Sin embargo, no fue hasta los años 80 y 90 que estas advertencias comenzaron a recibir atención generalizada.
En respuesta a la creciente preocupación pública sobre el cambio climático, algunos intereses políticos y económicos comenzaron a promover una visión escéptica de la ciencia. Esto fue impulsado a menudo por industrias como los combustibles fósiles, que tenían mucho que perder financieramente con políticas destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos intereses financiaron investigaciones y campañas de relaciones públicas con el objetivo de sembrar dudas sobre el consenso científico.
El escepticismo climático ganó una gran influencia a finales de los años 90 y principios de los años 2000, especialmente en países como Estados Unidos y Australia. Este fue un período de intenso debate político sobre el Protocolo de Kyoto, un tratado internacional destinado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Muchos escépticos del clima argumentaron que el tratado perjudicaría el crecimiento económico y era innecesario dadas sus dudas sobre la ciencia.
En los últimos años, el escepticismo climático se ha asociado cada vez más con las ideologías políticas de derecha. Muchos políticos conservadores y medios de comunicación han adoptado el escepticismo climático, a menudo presentándolo como una cuestión de libertad personal o pragmatismo económico. Sin embargo, es importante destacar que no todos los conservadores son escépticos del clima y esta ideología se puede encontrar en todo el espectro político.
A pesar de los esfuerzos de los climatoescépticos, el consenso científico sobre el cambio climático se ha fortalecido con el tiempo. La gran mayoría de los científicos del clima están de acuerdo en que el calentamiento global está ocurriendo y es en gran parte causado por las actividades humanas. No obstante, el climatoescepticismo continúa influyendo en los debates políticos y en las decisiones de políticas en todo el mundo, convirtiéndose en un factor significativo en la respuesta global al cambio climático.
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